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Verso la teocrazia? Il caso Englaro letto dall'estero
Vatican provokes crisis over right to die
The Financial Times, 6 febbraio 2009
Pressure from senior Roman Catholic clerics has provoked an institutional crisis in Italy over the highly emotional case of a father seeking the right of his daughter to die having lain in a coma for more than 16 years.
Silvio Berlusconi’s centre-right government reversed course on Friday to pass a decree forbidding doctors from withholding food from Eluana Englaro in spite of a final victory in the courts by her father. Doctors say she is in a vegetative state following an accident in 1992.
Giorgio Napolitano, Italy’s president and a former communist, told the government he would refuse to sign the decree, saying it was not constitutional. Mr Berlusconi responded by saying she might recover and could even have a child and declaring he would take the matter to parliament and force the president’s hand.
The landmark case of Ms Englaro has captured Italians’ imagination for years, with many moved by the dignity of her father Beppino Englaro. Doctors started to reduce feeding on Friday. They say it could take about 10 days for her to die.
Mr Berlusconi’s coalition had been divided over the issue and had wanted to remain aloof. But politicians and commentators said pressure from senior Italian cardinals and the Vatican obliged his government to respond at the last moment, as doctors prepared to stop feeding.
The action brings fresh attention to the Catholic Church, following criticism of the Pope last Tuesday by Angela Merkel, the German chancellor, for his controversial rehabilitation of a bishop who expressed doubts in a recent interview as to whether the Holocaust had really happened.
“This is a clerical dictatorship,” said one former parliamentarian as secular Italians protested against the interference of the Church.
Separately, Vatican radio on Friday cancelled a discussion with a leading pharmaceutical executive after discovering that his company manufactures contraceptives, Andrew Jack reports.
Daniel Vasella, a Catholic who is chief executive of Novartis , had been invited in Vatican Radio’s “commentator of the week” slot.
Although the Vatican said participants did not necessarily have to express its views, Mr Vasella was dropped on Friday.
“The approach of the Vatican to artificial contraception cannot be subject to the smallest doubt,” Vatican Radio said on its website. ”We ask Mr Vasella and our listeners to understand this decision. We have only just learnt from the press that Novartis also produces contraceptives.”
Berlusconi se rebela contra todos los poderes del Estado de derecho
El Pais, 6 febbraio 2009
El primer ministro reta al presidente de la República y al Supremo con un decreto que anula la sentencia de Eluana.- Anuncia que aprobará "en tres días" una ley de testamento vital.- La oposición habla de día trágico y de golpe de Estado
Silvio Berlusconi ha lanzado este viernes un desafío sin precedentes a los poderes de la República italiana, a la máxima autoridad del Estado, el presidente Giorgio Napolitano, a las Cámaras parlamentarias, a la Justicia en pleno y al Estado de derecho, al despachar un decreto ley de urgencia y luego un proyecto de ley. Ambas iniciativas han sido elaboradas a medida para anular la sentencia del Tribunal Supremo que autorizó a suspender la alimentación y la hidratación artificial a Eluana Englaro. La mujer, ingresada en una clínica de Údine, vive en estado vegetativo desde 1992.
El Vaticano, destinatario principal de una iniciativa que probablemente no llegará a tiempo de impedir la suspensión del tratamiento a Englaro, iniciada este viernes, aplaudió inmediatamente el anuncio de Berlusconi: "El Gobierno ha sido valiente y nos ha escuchado". La Curia reveló así, sin asomo de pudor, su crucial influencia a la hora de convertir un asunto judicial particular en el instrumento que ha permitido a Berlusconi abrir un gravísimo conflicto institucional.
Una ley cocinada desde el Vaticano por la jerarquía integrista de la Iglesia
El decreto ley fue aprobado en el primer Consejo de Ministros de forma unánime tras una larga deliberación, durante la cual, aseguraron los medios locales, Berlusconi amenazó con cesar a los ministros que osaran abstenerse. Il cavaliere impuso su criterio sabiendo de antemano que Napolitano no firmaría el decreto. El Jefe del Estado había anunciado en una carta enviada al consejo sus reservas estrictamente técnicas, ya que, aclaró, "según la Constitución, una actuación de urgencia no puede ser emitida en oposición a una sentencia judicial dictada".
Una minucia para Berlusconi, que minutos después escenificó el desafío de gran calado que se esconde tras la farsa del decreto. "Si Napolitano no firma", dijo Berlusconi, "reuniré al Parlamento en unas horas y haremos la ley en dos o tres días; luego llamaré al pueblo a retocar la Constitución para cambiar el método que rige los decretos urgentes".
Efectivamente, Napolitano se negó a firmar el decreto-exprés. Tras ese rechazo, Berlusconi consumó su rebelión al jefe del Estado y comprometió a los presidentes del Senado y de la Cámara al convocar un consejo de ministros reducido (4 ministros de 21) y extraordinario a las ocho de la tarde. Allí aprobó, en 15 minutos, el proyecto de una ley que "obligará a alimentar e hidratar a las personas que no puedan valerse por sí mismas". Berlusconi anunció a la salida que ha pedido al presidente del Senado que convoque de inmediato una sesión extraordinaria para ratificar la norma.
Un asunto poco urgente
Gianfranco Fini, presidente de la Cámara de Diputados y tercera máxima autoridad del Estado, había desaconsejado vivamente al Gobierno que aprobara el decreto ley. La duda es saber qué hará ahora, ante la convocatoria urgente de las cámaras por un asunto tan poco urgente para una nación como el que se le propone. Para justificar la prisa, Berlusconi apeló a motivos variopintos. "No quiero sentirme responsable de omisión de socorro". "No quiero la responsabilidad de la muerte de Eluana. Tiene células vivas en el cerebro, e hipotéticamente podría todavía tener hijos". "No sabemos cómo es de persistente su estado vegetativo", añadió, tirando del hilo de la superstición. Luego, confesó que había leído un libro de un tipo que estuvo 20 años en coma y se despertó ("es muy bueno, se lo recomiendo").
"Que se hunda el mundo con tal de hacer justicia", dijo. "Ningún formalismo jurídico vale una vida humana". Tras pedir a los médicos que tratan de suspender la alimentación de Eluana, que"esperen unos días", en un último gesto de vileza recordó que el padre de Eluana, Beppino, no puede quejarse de los gastos que le ocasiona la situación de su hija, "puesto que la han cuidado siempre las monjitas". Englaro jamás se ha quejado de nada, salvo de que el Estado y los médicos han secuestrado la libertad y el derecho constitucional de su hija.
El ministro de Sanidad, Maurizio Sacconi, ha enviado inspectores a la clínica para, dijo, "buscar las respuestas que todavía no tenemos". La frase implica que el Gobierno intentará detener la suspensión del tratamiento de Eluana por tierra, mar y aire. Tiene poco tiempo, porque el proceso, iniciado ayer por la mañana, será irreversible en 48 horas. Vittorio Angiolini, abogado de la familia, aseguró que seguirán el curso de la justicia. "Está fuera de toda discusión: seguiremos". Y Beppino afirmó: "Estoy conmocionado".
La oposición recibió el reto de Il cavaliere con estupefacción. Walter Veltroni, líder del PD, dijo: "Se comporta de modo absolutamente irresponsable, y busca deliberadamente el choque institucional. Hoy es un día muy grave para la historia de Italia". El partido Italia de los Valores habló de "Gobierno fascista". El comunista PDCI sintetizó: "He aquí el golpe de Estado". Para el eurodiputado radical Marco Cappato, el Gobierno está dirigido "por una banda de lefebvrianos de la política".
A juicio de Ezio Mauro, director de La Repubblica, Berlusconi "ha ignorado las reglas básicas de la separación de poderes y ha subvertido la esencia del Estado de derecho, que hasta ahora se basaba en que la última palabra corresponde al Tribunal Supremo".
Lo que nadie puede discutir es la habilidad de Il cavaliere. Aprovechando con cinismo el viento favorable del Vaticano, la debilidad de la oposición y la emotividad transversal que suscita el asunto, y despreciando de paso el dolor de una familia que vive un calvario de 17 años, Berlusconi ha usado el caso para ascender a caudillo y asestar un volapié a una arquitectura institucional que siempre le ha venido incómoda.
El 'pagano' Berlusconi se vuelve un agitador provida
El Pais, 08/02/2009
El dramático caso de Eluana Englaro pasará a la historia de Italia. Si no por cosas más profundas, que también, desde luego por la milagrosa transformación que ha operado en el primer ministro más mundano y liberal (según propia definición) que haya tenido el país. El pagano Silvio Berlusconi, divorciado, mujeriego, adúltero confeso y acumulador de poder y riquezas sin fin, ha visto la luz. En 17 años no había pronunciado en público una sola vez la palabra Englaro. En 48 horas, se ha convertido en el más ardiente agitador pro-vida de un país donde no faltan ese tipo de voces.
Imbuido de ese nuevo personaje, Berlusconi atacó ayer a todo lo que se le puso por delante. De los médicos que el viernes suspendieron la alimentación artificial de Eluana destacó su "crueldad". A los partidarios de respetar la sentencia firme del Tribunal Supremo les dijo que pertenecen a "la cultura de la muerte y del estatalismo" (mientras él representa "la cultura de la vida y la libertad"). Y al padre de la mujer, le espetó esta lindeza: "Me dicen que Eluana] tiene buen aspecto, funciones activas, ciclo menstrual... Si fuera mi hija, no podría desconectarle la sonda".
Un día más, fueron superadas las expectativas. "Mal gusto, manipulación, cinismo", resumió el jefe de la oposición, Walter Veltroni. "Berlusconi utiliza el caso para realizar su proyecto político". Un proyecto bien ambicioso, además. El objetivo, declarado otra vez ayer a las claras, es reformar la Constitución para reducir el poder, ya muy limitado, del presidente de la República. Para que éste, explicó Berlusconi, "no se atribuya poderes que pertenecen al Gobierno".
La maniobra empezó el viernes. Al emitir el decreto para salvar a Eluana, Berlusconi desautorizó el papel constitucional del presidente de la República, Giorgio Napolitano, y deslegitimó de paso al Tribunal Supremo. El decreto tuvo un efecto devastador. Trasladó al jefe del Estado la responsabilidad moral de decidir sobre la muerte de la mujer, y le puso a los pies de los caballos del Vaticano, que no tardó ni diez minutos en manifestar cuánto le había "desilusionado" Napolitano.
El presidente se negó a firmar, como había anunciado, porque el decreto es claramente inconstitucional, ya que intenta anular una sentencia inapelable. Pero Berlusconi apretó más todavía. Convocó de urgencia al Parlamento y presionó a los presidentes del Senado y la Cámara para legislar sobre el asunto a toda velocidad. Al tiempo, anunciaba que cambiará la Constitución si no se le permite gobernar por decreto.
Todo ello, adobado con descalificaciones. La más grave, ayer. Berlusconi calificó la carta que Napolitano le envió el viernes para explicar la inviabilidad del decreto como una invitación a "la eutanasia". Falsedad absoluta, como se puede ver en la propia carta. Paciente, el presidente ni replica a la falacia. Y Berlusconi acaba desmintiendo haber dicho lo que de verdad ha dicho.
Desde Nápoles, Napolitano se limita a decir que "el monopolio de la solidaridad y la autoridad moral no es patrimonio de nadie. Tampoco el fin de la vida". Berlusconi replica. Hay que "aclarar la Constitución", dice, porque "fue elaborada hace muchos años por fuerzas ideologizadas" e "inspiración filo-soviética". Napolitano era comunista en aquella época.
Mientras, la oposición, llena de católicos, está partida en dos. Grupos de ciudadanos salieron ayer a la calle e inundaron las webs para protestar contra el golpe de mano del primer ministro. Unos criticaron la injerencia de la iglesia al grito de "Gobierno italiano, decreto Vaticano". Otros protestaron contra la "vergonzosa" frase de Berlusconi ("Eluana podría tener hijos"). Y todos defendieron a Napolitano como garante del Estado de Derecho. Veremos por cuánto tiempo.
The Pope should let Eluana die in peace
Mary Warnock
The Observer, 8 febbraio 2009
It is not surprising that the Italian courts should have taken longer to reach the judgment that Eluana Englaro should be allowed to die than it took for the House of Lords to reach the same judgment in the case of Tony Bland in 1993. The religious environment is quite different and, in such matters of life and death, religion is bound to play a part. Yet the cases were very much alike. Both were young people disastrously injured in accidents. Both had been diagnosed as being in a permanent vegetative state, Englaro for as long as 17 years, Bland for only two.
In both cases, too, the family and friends wanted them to be allowed to die. In Bland's case, it was the medical profession who argued that it was their duty to keep him alive. The appellate court found, however, that it was lawful to withdraw treatment from a patient when that treatment was futile, that is doing him no good, and that therefore artificial nutrition and hydration might lawfully be withdrawn. The Italian court of appeal presumably relied, in the end, on the same argument. The Pope, in seeking to overturn this judgment, was doing so in the name of the principle of the sanctity of life, an essentially religious principle and was thus going far in the direction of turning Italy into a theocracy in which, if a law is not accepted by religion, it is not a law.
But what about the patient herself and her family? Does the principle of the sanctity of life, whether or not it is enshrined in law, have such moral force as to override all considerations of compassion or common sense? No one in Italy or England or in any part of the civilised world would deny that human life is of enormous value - but there is no human life unless it is lived by somebody. It is not some abstract stuff called Life that we value, but the people who live and enjoy it. Life is nothing but in its being lived.
When there is no hope of a patient's living his life any more, then other values must be weighed against the value of that life, including the suffering of his relatives. The idea that one's child in such a state may even outlive one's self is intolerable. This is what must be considered in the prolongation of futile treatment.
And the sanctity of life is seldom invoked except in cases when shortening a pitiful life is contemplated. Roman Catholics believe that the life of every embryo is sacred from the moment of its conception, but they do not believe that the principle should entail that just wars may not be fought, in which many human lives will be lost. If human life were really sacred it would be at least doubtful whether one might properly kill someone in fear that you would yourself be killed. Such exceptions to the sanctity principle have long been allowed by the church. It is not then held that since life was a gift from God, it is for God alone to take it away. And if that were an absolute principle, what would be the morality of prolonging a human life by medical intervention, when God had visited the human being with a heart attack or an infection that would once have been fatal?
We may and should uphold freedom of religion. We may be prepared to argue with our last breath that people should hold what beliefs they like and follow the practices of their faith. But faith should not be imposed on those who do not share it. Above all, we must resist the theory that religious beliefs, however strongly held, should take precedence over the law. The law holds society together and, being human, we must live in society. It is to be hoped that Italy remains a humane as well as a human society.